miércoles, 30 de noviembre de 2016

POEMA DE LA SEMANA (30 / 11/26)

FAREWELL

1
Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira. 

Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas. 

Por esas manos, hijas de tus manos, 
tendrían que matar las manos mías. 

Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día. 

2
Yo no lo quiero, Amada. 

Para que nos amarre
que no nos una nada. 

Ni la palabra que aromó tu boca, 
ni lo que no dijeron las palabras. 

Ni la fiesta de amor que no tuvimos, 
ni tus sollozos junto a la ventana. 

3
(Amo el amor de los marineros
que besan y se van. 

Dejan una promesa. 
No vuelven nunca más. 

En cada puerto una mujer espera, 
los marineros besan y se van. 

Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.)

4
Amo el amor que se reparte 
en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno 
y puede ser fugaz. 

Amor que quiere libertarse 
para volver a amar. 

Amor divinizado que se acerca. 
Amor divinizado  que se va. 

5
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos, 
ya no se endulzará junto a ti mi dolor. 

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor. 

Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, 
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. 

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. 
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy. 

...Desde tu corazón me dice adiós un niño
Y yo le digo adiós. 

Pablo Neruda. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

POEMA DE LA SEMANA (24/11/2016)

Debora

Deja un instante que en tu seno ardiente
Hallen mis besos el placer ansiado,
Y escuche palpitar enamorado
Tu noble corazón bajo mi frente:

Sienta que se estremece dulcemente
Tu talle por mi brazo circundado
Y que busca tu labio el labio amado,
Mi nombre murmurando balbuciente:

Aduérmame tu voz languidecida,
Sintiendo que tu mano perfumada
Borra en mi frente del dolor el ceño;

Y viendo una vez más la luz querida
Que puso el Hacedor en tu mirada,
Cierre mis ojos de la muerte el sueño.

Jorge Issacs

jueves, 17 de noviembre de 2016

¿SIN LOCURA, NO HAY LITERATURA?

¿Sin locura, no habría literatura? Es una pregunta que siempre ha acompañado el misterio de las mentes que escriben. Sin embargo, todos quienes alguna vez hayan usado la pluma en un momento de inspiración total, coincidirán en que escribir es un arte tan extenso como el universo y tan desconocido como el mismo.  La literatura implica imaginar, construir, desmantelar, dar vida y matar, sufrir y llorar como si de la vida propia se tratase. Y este proceso resulta fatigoso para la mente  y la cordura de cualquier autor.


Cuando nos adentramos al maravilloso mundo de las letras no topamos, de forma inevitable, con el tormentoso mundo de los autores. Pocos han sido los que han logrado una vida plena y estable. Existen incluso ejemplos de autores que necesitan cierta dosis de desolación para lograr llegar a su momento de inspiración. Y muchos jóvenes, apasionados por también inmortalizar sus ideas en el papel, tratar de replicar las acciones de sus "ídolos" para comprobar si se tienen los mismos resultados. 

Esto no es cosa ligera. Por tomar un ejemplo, el moderno y famoso Charles Bukowski, no podía estar sobrio si lo que quería era escribir. Sin embargo, pronto su vida se dejó llevar tanto por el vicio, que ya casi nunca pudo dejar de beber, hasta el día de su muerte. 

Algunos escritores no salen de casa por meses. Cuando Gohete escribió su inmortal Werther, confesó que se enclaustró por meses en su habitación, viviendo como sonámbulo y totalmente entregado a su libro el cual, no necesito corregir ni una sola vez. Pero su vida nunca pudo tener estabilidad emocional, quizá si económica por sus diversos talentos. Pero nada mas, murió solo y apenas amado. Como muchos otros.

Podríamos mencionar a muchos genios inmortales, Kafka, Poe, Rimbaud, Hemingway entre otros, que no soportaron el peso de su genialidad, o mas bien no pudieron manejarla, y  terminaron consumidos y sin esperanzas de una vida luminosa. 

Y aunque muchos escritores sostienen que en verdad necesitan esos momentos de dolor crónico, de soledad aplastante, de vicios degenerados o de desesperación, para sentirse libres en el mundo de la creación; muchos otros afirman que es en la literatura donde descargan sus frustraciones, sus miedos y sus penas, y que al terminar de escribir, se sienten libres y menos pesados que antes. 


Entonces podemos afirmar que hay que tener cuidado en los caminos que tomamos para lograr nuestra obra maestra. El alejarse de la realidad es también una adicción. El humano no vive para estar escondido. Aunque el amor por escribir suele disminuir nuestra madurez social, hay que saber afrontarlo. Aprender a usar la pluma a nuestro favor. 


POEMA DE LA SEMANA

PARA EL ALMA IMPOSIBLE DE MI AMADA.
Amada no has querido plasmarte jamás
como lo ha pensado mi divino amor,
Quédate en la hostia,
Ciega, e implacable
como existe Dios.
Si he cantado mucho, he llorado más
por ti, oh mi parábola excelsa de amor,
¡Quédate en el seso
Y en el mito inmenso
De mi corazón!
Es la fe, la fragua donde yo quemé,
el terroso hierro de tanta mujer;
Y en un yunque impío te quise pulir.
quédate en la eterna nebulosa, ahí
En la multiciencia de un dolce noser.
Y si no has querido plasmarte jamás
en mi metafísica, emoción de amor,
Deja que me azote

como un pecador.

Cesar Vallejo.